Seguimos sin poder pisar el GR 225, confinados, aguardando a que las medidas del aislamiento sanitario vayan relajándose hasta permitirnos volver al campo y disfrutar con esta primavera que ya calienta los cristales de las ventanas.
Mientras tanto compartimos una curiosidad; una de esas informaciones que podríamos llamar ‘efectos colaterales’ de la investigación de Fermín Ezkieta (Los Fugados del Fuerte de Ezkaba, Ed. Pamiela): la presencia de un histórico del montañismo vasco, Antxón Bandrés Azkue, en los territorios y fechas de la fuga.
Antxón Bandrés fue uno de los pioneros del montañismo en nuestra tierra, fundador de la Federación Vasco-Navarra de Alpinismo en 1924 y uno de los promotores de la revista Pyrenaica en 1926. El 22 de mayo de 1938 vivía en Francia, exiliado tras haber peleado en Bilbao. A los cuatro días de la fuga, la Comandancia Militar del Bidasoa lo sitúa en ‘los montes de los Pirineos, tras haber pasado por Sara con otros elementos de dicha localidad’. El montañero tolosarra, nacido en 1874, se había lanzado al monte para tratar de ayudar a pasar la frontera a los valientes que protagonizaron la fuga.
No hay constancia de que lograra encontrar a ninguno, pero su generosidad al ponerse en peligro para ayudar a desconocidos en apuros bien merece hoy nuestro recuerdo.
Hay que puntualizar que el documento de la Comandancia habla de que seguramente buscaban a Andrés Espinosa (compañero de lucha en Bilbao), pero el que se encontraba entonces preso en el Fuerte era su hermano Juan José.