No hace tanto tiempo (afortunadamente todavía hay supervivientes que pueden atestiguar ese terrible pasado con sus testimonios en primera persona) esta tierra nuestra conoció un fenómeno que ahora nos parece inconcebible: la esclavitud. Miles de prisioneros políticos fueron usados como fuerza laboral ‘barata, dócil y segura, casi siempre recluida en algunos de los numerosos campos de concentración creados al efecto en toda España’, tal y como relata el magnífico artículo de KAOSENLARED. No es difícil comparar esa situación con la de otros lugares de Europa donde se cometieron los crímenes más espantosos (si es que es posible una jerarquía del mal) del siglo XX.
El pasado 29 de septiembre se inauguró en Igal uno de esos barracones de prisioneros que fueron obligados a trabajar en la construcción de la carretera que une los valles de Roncal y de Salazar. Es una reconstrucción realizada por un Campo de Voluntariado internacional para jóvenes promovido por el Gobierno de Navarra. Y será utilizado como un elemento más para el programa de Escuelas con Memoria, en el cual está incluido el GR 225.
Además de vecin@s y autoridades, asistió una persona muy especial: Luis Ortiz Alfau (con sus impresionantes 102 años), uno de aquellos presos-esclavos. En los enlaces de abajo un resumen de la entrevista que le hizo Jordi Évole y otra -más extensa y profunda- en Radio Rebelde Republicana.