Leoncio de la Fuente Ramos (Fresno el Viejo, Valladolid) y Paulina Lizoain Pascal -una niña en 1938- compartieron un dramático momento hace 82 años junto al cementerio de Larrasoaña: los ojos de Paulina contemplaron el enterramiento de cuatro fugados del Fuerte de Ezkaba y el impacto fue tan intenso que cuando, tantos años después, dio testimonio de aquel hecho, recordaba perfectamente la posición en que fueron inhumados aquellos hombres desconocidos. Gracias a esa memoria, Aranzadi excavó en el lugar preciso, a la derecha del camposanto y no detrás como era la intención primera de la prospección.
Leoncio estaba casado y tenía seis hijos. La aportación de ADN de una de sus hijas al Banco de ADN creado por el GN ha sido la herramienta que ha permitido, por primera vez, localizar a los familiares de una de las víctimas de la Fuga del Fuerte de Ezkaba sin que hubiera una hipótesis previa sobre su identidad.
Nota de Prensa del Gobierno de navarra/Nafarroako Gobernua
La bisnieta de Leoncio, en Diario de Noticias
Pertinente, por fin, recordar las palabras de Paulina a pie de fosa: ‘si los identifican…’: