Como acertadamente dijo César Layana (del Instituto Navarro de la Memoria) en su introducción al evento, “Tomás, Segundo y Tomás: jóvenes, anarquistas, soñadores de un mundo distinto; más justo e igualitario.”. Por eso y solo por eso fueron asesinados (dos de ellos en 1936; el tercero en 1938, cuando formaba parte de la gran fuga que homenajea nuestro GR 225). Emocionante -aunque insuficiente- el acto restaurativo que tuvo lugar el pasado 7 de octubre al hacerse entrega de sus restos a los familiares respectivos. Los muertos en noviembre de 1936 (Tomás Mardones Llorente y Tomás Nache Guzmán) fueron enterrados en la fosa del cementerio de Berriozar (tercera identificación positiva en esa fosa). El cuerpo del fugado del 38 (Segundo Hernández Blanco) fue encontrado en la fosa de Elía, primera de las halladas en relación a la mencionada fuga (segunda identificación de la fosa tras la de Vicente Mainz).
Lxs intersadxs en la importancia que tuvo en la fuga de 1938 el grupo de anarquistas encerrados en el fuerte, pueden revisar el siguiente enlace:
Gracias a todxs lxs que hacen posible con su esfuerzo y profesionalidad que la Memoria Histórica abandone las leyes intangibles y se haga realidad.
Nota de prensa del GN acerca del acto de entrega de los restos a sus familiares.